Lo
que tan solo hace unos años parecía ciencia ficción ahora se convierte
en realidad. La compañía estadounidense Ball Aerospace &
Technologies Corp. está desarrollando un prototipo de satélite espacial
espía de nueva generación. Un MOIRE (Membrane Optic Imager Real-Time
Exploitation, por sus siglas en inglés) será capaz de proveer imágenes y
vídeos en tiempo real a cualquier hora de cualquierrincón de la
Tierra.
Su tarea será compensar las brechas en el funcionamiento de los
drones espías que tienen un tiempo y territorio de observación limitados
y, además, son vulnerables ante la defensa antiaérea enemiga.
Concretamente, se dedicarán a seguir las instalaciones de lanzamiento de
los misiles que se muevan por tierra con una velocidad de hasta 100
kilómetros por hora.
Los
MOIRE serán colocados en la órbita geosíncrona y cubrirán un territorio
de 100 kilómetros cuadrados cada uno, con una resolución óptica de, al
menos, tres metros. Tendrán que hacer observaciones 24 horas por día,
renovando la imagen cada segundo, y transmitir simultáneamente los datos
al centro de control en la Tierra.
El innovador satélite se basa en una ligera óptica fina con apertura
de entrada (es decir, el diámetro del haz de rayos en la entrada) de 20
metros. Para hacernos una idea de esto, la apertura del telescopio
espacial infrarrojo James Webb que está diseñando la NASA para sustituir
al legendario Hubble será de tan solo 6,5 metros.
El
proyecto se realiza por encargo de la Agencia de Investigación de
Proyectos Avanzados de Defensa de EE. UU. (DARPA, por sus siglas en
inglés) Dentro de la segunda etapa, Ball Aerospace debe construir un
prototipo de satélite de 5 metros de altura y probarlo en sus
laboratorios. La tercera etapa prevé la construcción de un satélite en
tamaño real ya, de 10 metros de altura, y lanzarlo para un vuelo de
prueba hacia la órbita. Se prevé que el MOIRE ya una vez construido costará cerca de 500 millones de dólares
Pero para gastar en controlar a cualquier persona que "no les convenga" no escatiman.... Sin embargo, investigar alternativas energéticas para salir de esta atadura que tenemos todos y cada uno de los ciudadanos del llamado Primer Mundo al crudo, no. Dejemos de pensar en tipos estúpidos y descuidados que, pobrecillos mios, no se dan cuentan de lo que hacen. Es más sensato y menos obstinado pensar que son tipos bastante listos y que contratan a tipos inteligentes y entendidos en la materia que les aconsejan. Así que no, no son tipos estúpidos. Son tipos que saben bien bien lo que hacen y no les interesa que salgamos del petroleo; porque gracias a esto tienen un monopolio que ni tu ni yo podemos salir si queremos seguir teniendo ciertas ´comodidades´.¿Hasta cuando el ser humano dejara de estar en letargo, dormido, con la venda en los ojos.... y despertará, abrirá los ojos y darse cuenta que es él quien tiene el poder?Atentamente, J.C.G.
martes, 24 de abril de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
Los que manejan los hilos
Frente a la creencia general
de que disfrutamos de numerosas libertades y derechos y la falacia democrática
que solo pretende captar nuestro voto cada cuatro años, lo cierto es que
numerosos poderes que mueven los hilos por cauces opacos intentan controlar
nuestros destinos, nuestras mentes y nuestros bolsillos. El que tiene el poder
hará todo lo que esté a su alcance para conservarlo.
No, no se trata de la enésima teoría de la conspiración. Es una realidad y la crisis griega es un ejemplo perfecto. El papel de las agencias de calificación de deuda y la situación de los bonos de deuda pública en manos de intereses extranjeros configuran un escenario de pérdida de soberanía nacional más que evidente. Desde un punto de vista histórico la depreciación de los bonos de deuda pública ha servido para poner contra las cuerdas a muchos países y varias guerras se han ganado de esta manera sin disparar una bala, como la secesión americana en la que los estados sudistas no pudieron conseguir liquidez y acabaron perdiendo la contienda.
Hoy en día no es necesario en muchos casos acudir a un despliegue militar para rendir al enemigo. Determinada casta de políticos y banqueros intocables que no se rigen por el principio de responsabilidad por sus actos al que nos enfrentamos el resto de personas y que, en el mejor de los casos, pagan sus acciones con un vuelco electoral o un cambio de consejo de administración cuando ya es demasiado tarde nos quieren tener firmemente atenazados por el escroto con tal de no perder su status. Michael Moore lo ha explicado muy bien en su documental “Capitalismo: una historia de amor”, donde se desgrana la grave preocupación de Citibank: a pesar de que el 10% de la población posea el 90% de la riqueza, los que votan son más “que nosotros”.
Estos “poderes en la sombra” nos permiten una relativa movilidad dentro del intervalo de acciones que “ellos” consideran aceptable para sus intereses. Bilderberg, gobierno mundial, illuminati… han recibido muchos nombres, pero siempre son los mismos.
Se nos quiere como consumidores endeudados, no como ciudadanos. Se nos insta continuamente a que confundamos deseos y necesidades y abracemos la financiación de bienes de consumo que harán nuestra vida más placentera. Nos incitan a que suscribamos planes de pensiones. Caemos en sus redes especulativas y somos cómplices. Somos rehenes de nuestras deudas financieras.
Paralelamente se nos vende la farsa del “self-made man” americano queriendo hacernos creer que toda persona puede alcanzar lo que se proponga al margen de su cuna. Pero la acción coordinada de esta cuna y de “ellos” marcan nuestro destino con algunas excepciones.
No, no se trata de la enésima teoría de la conspiración. Es una realidad y la crisis griega es un ejemplo perfecto. El papel de las agencias de calificación de deuda y la situación de los bonos de deuda pública en manos de intereses extranjeros configuran un escenario de pérdida de soberanía nacional más que evidente. Desde un punto de vista histórico la depreciación de los bonos de deuda pública ha servido para poner contra las cuerdas a muchos países y varias guerras se han ganado de esta manera sin disparar una bala, como la secesión americana en la que los estados sudistas no pudieron conseguir liquidez y acabaron perdiendo la contienda.
Hoy en día no es necesario en muchos casos acudir a un despliegue militar para rendir al enemigo. Determinada casta de políticos y banqueros intocables que no se rigen por el principio de responsabilidad por sus actos al que nos enfrentamos el resto de personas y que, en el mejor de los casos, pagan sus acciones con un vuelco electoral o un cambio de consejo de administración cuando ya es demasiado tarde nos quieren tener firmemente atenazados por el escroto con tal de no perder su status. Michael Moore lo ha explicado muy bien en su documental “Capitalismo: una historia de amor”, donde se desgrana la grave preocupación de Citibank: a pesar de que el 10% de la población posea el 90% de la riqueza, los que votan son más “que nosotros”.
Estos “poderes en la sombra” nos permiten una relativa movilidad dentro del intervalo de acciones que “ellos” consideran aceptable para sus intereses. Bilderberg, gobierno mundial, illuminati… han recibido muchos nombres, pero siempre son los mismos.
Se nos quiere como consumidores endeudados, no como ciudadanos. Se nos insta continuamente a que confundamos deseos y necesidades y abracemos la financiación de bienes de consumo que harán nuestra vida más placentera. Nos incitan a que suscribamos planes de pensiones. Caemos en sus redes especulativas y somos cómplices. Somos rehenes de nuestras deudas financieras.
Paralelamente se nos vende la farsa del “self-made man” americano queriendo hacernos creer que toda persona puede alcanzar lo que se proponga al margen de su cuna. Pero la acción coordinada de esta cuna y de “ellos” marcan nuestro destino con algunas excepciones.
El cuarto poder, la prensa,
sigue siendo evidente. Al igual que es más que cuestionable la independencia de
los tres poderes de la ilustración, el legislativo, el ejecutivo y el judicial,
la prensa es rehén de los intereses de aquellos que mueven los hilos. Los
editores dan o no el visto bueno a las crónicas de los redactores según
convenga. La realidad fabricada que se nos vende a través de los medios es la
conveniente y por lo general dista mucho de lo que se mueve entre bambalinas.
Cortinas de humo, propaganda, consignas disfrazadas de entretenimiento.
Pero no las tienen todas consigo. Recientemente el miedo de los “poderes” a la libertad de expresión en la red y a iniciativas como la de Wikileaks han desatado una guerra global de ciberactivismo más o menos gamberro de la que solo algunos frentes han transcendido (LultzSec y Anonymous son los más conocidos). Es muy significativo que el rostro de Anonymous sea la máscara de “V de Vendetta“, esa excelente película de los hermanos Wachowsky sobre el totalitarismo. Los Wachowsky ya nos apuntaron la diferencia entre realidad aparente y transfondo en “The Matrix“.
Esta ciberguerra en curso puede tener consecuencias impredecibles y solo puede ir a más.
En su “space ópera” “La Fundación” Isaac Asimov hablaba de la “psicohistoria“, una disciplina según la cual si bien no se puede predecir las decisiones de un individuo aislado, si son predecibles las conductas de una masa de individuos a lo largo del devenir histórico. El tiempo dirá si tenía razón, pero parece evidente que ante el papel de los medios de comunicación en la manipulación de masas solo nos queda desarrollar un espíritu crítico que nos impulse a buscar “la otra verdad”.
Pero no las tienen todas consigo. Recientemente el miedo de los “poderes” a la libertad de expresión en la red y a iniciativas como la de Wikileaks han desatado una guerra global de ciberactivismo más o menos gamberro de la que solo algunos frentes han transcendido (LultzSec y Anonymous son los más conocidos). Es muy significativo que el rostro de Anonymous sea la máscara de “V de Vendetta“, esa excelente película de los hermanos Wachowsky sobre el totalitarismo. Los Wachowsky ya nos apuntaron la diferencia entre realidad aparente y transfondo en “The Matrix“.
Esta ciberguerra en curso puede tener consecuencias impredecibles y solo puede ir a más.
En su “space ópera” “La Fundación” Isaac Asimov hablaba de la “psicohistoria“, una disciplina según la cual si bien no se puede predecir las decisiones de un individuo aislado, si son predecibles las conductas de una masa de individuos a lo largo del devenir histórico. El tiempo dirá si tenía razón, pero parece evidente que ante el papel de los medios de comunicación en la manipulación de masas solo nos queda desarrollar un espíritu crítico que nos impulse a buscar “la otra verdad”.
Privacidad y Gran Hermano
Todos tenemos un perfil
digital del que nos es imposible escapar. Nuestros datos personales y nuestros
perfiles son un goloso premio por el que pujan muchos sin nosotros saberlo. ¿Te
han despertado de la siesta con una llamada telefónica no deseada en la que te
ofrecen productos o servicios que no quieres? Todo tiene su explicación.
Frente al atractivo de las redes sociales lo cierto es que nuestra privacidad está en riego. Los intentos por controlar a la población a través de la red son una constante. Facebook, Google, Skype, Twitter y otros que presentan una atractiva oferta de servicios pero lo que realmente pretenden es vender nuestros perfiles a terceros con usos políticos y económicos. Facebook incita a publicar dónde vives, con quien sales, tus relaciones familiares, tus estudios, todo. La geolocalización de fotos y mensajes enviados añade un factor adicional de riesgo que no todos comprenden.
Muchos gobiernos tienen acceso a una puerta trasera en la redes sociales, sistemas operativos y paquetes de software con el beneplácito del desarrollador. Si eres incómodo para “el sistema”, no dudes de que te mirarán con lupa. El desarrollo de la nube plantea retos de seguridad y privacidad que no se cuentan al usuario. Tus archivos estarán alojados en servidores remotos, no en tu casa.
El mejor ejemplo de esta intervención es sin duda el gobierno chino, que ejerce un férreo control sobre internet con objeto de filtrar aquellas informaciones que no sigan la línea de propaganda del régimen. Miles de jóvenes chinos trabajan para el gobierno como ciberagentes que crean opinión en las redes sociales. Los resultados de las búsquedas en Google están filtrados. Muchos sitios web, bloqueados por los routers del partido.
Anticipándonos a los usos y costumbres de los usuarios de La Red un partido político puede diseñar un programa electoral que resulte atractivo. Una empresa puede lanzar una campaña de marketing para vendernos un producto que no necesitamos. Una agencia de información puede inferir movimientos estratégicos de grupos de opinión o disidencia y anticiparse a sus acciones. Los usos del “profiling” son infinitos como lo son las ganas de muchos por conocernos en todas nuestras esferas de privacidad
El comunity manager de muchas empresas y agencias gubernamentales se constituye en un comisario político que vela por el correcto despliegue de la propaganda establecida y la creación de un estado de opinión sobre la percepción social de la imagen de la organización. Los perfiles de Facebook y Twitter de grandes empresas estatales y agencias del gobierno solo ofrecen brindis al sol de escasa utilidad pero nunca responden a las preguntas directas de los usuarios, pervirtiendo y truncando la comunicación directa entre cliente y prestador de servicios.
Escándalos como los de Echelon, SITEL, las cookies malintencionadas o el uso de dispositivos RFID arrojan luz sobre las verdaderas intenciones de muchos gobiernos y corporaciones y sus intentos de espionaje a aquellos que no piensan como ellos.
Frente a este panorama desolador de vigilancia e intoxicación informativa las iniciativas como Tor, Wikileaks y el software libre representan una refrescante reacción al control de la población y la información.
Frente al atractivo de las redes sociales lo cierto es que nuestra privacidad está en riego. Los intentos por controlar a la población a través de la red son una constante. Facebook, Google, Skype, Twitter y otros que presentan una atractiva oferta de servicios pero lo que realmente pretenden es vender nuestros perfiles a terceros con usos políticos y económicos. Facebook incita a publicar dónde vives, con quien sales, tus relaciones familiares, tus estudios, todo. La geolocalización de fotos y mensajes enviados añade un factor adicional de riesgo que no todos comprenden.
Muchos gobiernos tienen acceso a una puerta trasera en la redes sociales, sistemas operativos y paquetes de software con el beneplácito del desarrollador. Si eres incómodo para “el sistema”, no dudes de que te mirarán con lupa. El desarrollo de la nube plantea retos de seguridad y privacidad que no se cuentan al usuario. Tus archivos estarán alojados en servidores remotos, no en tu casa.
El mejor ejemplo de esta intervención es sin duda el gobierno chino, que ejerce un férreo control sobre internet con objeto de filtrar aquellas informaciones que no sigan la línea de propaganda del régimen. Miles de jóvenes chinos trabajan para el gobierno como ciberagentes que crean opinión en las redes sociales. Los resultados de las búsquedas en Google están filtrados. Muchos sitios web, bloqueados por los routers del partido.
Anticipándonos a los usos y costumbres de los usuarios de La Red un partido político puede diseñar un programa electoral que resulte atractivo. Una empresa puede lanzar una campaña de marketing para vendernos un producto que no necesitamos. Una agencia de información puede inferir movimientos estratégicos de grupos de opinión o disidencia y anticiparse a sus acciones. Los usos del “profiling” son infinitos como lo son las ganas de muchos por conocernos en todas nuestras esferas de privacidad
El comunity manager de muchas empresas y agencias gubernamentales se constituye en un comisario político que vela por el correcto despliegue de la propaganda establecida y la creación de un estado de opinión sobre la percepción social de la imagen de la organización. Los perfiles de Facebook y Twitter de grandes empresas estatales y agencias del gobierno solo ofrecen brindis al sol de escasa utilidad pero nunca responden a las preguntas directas de los usuarios, pervirtiendo y truncando la comunicación directa entre cliente y prestador de servicios.
Escándalos como los de Echelon, SITEL, las cookies malintencionadas o el uso de dispositivos RFID arrojan luz sobre las verdaderas intenciones de muchos gobiernos y corporaciones y sus intentos de espionaje a aquellos que no piensan como ellos.
Frente a este panorama desolador de vigilancia e intoxicación informativa las iniciativas como Tor, Wikileaks y el software libre representan una refrescante reacción al control de la población y la información.
¿Consumidores o Ciudadanos?
No existe el
ciudadano, solo existe el consumidor. Una vez establecida esta realidad que a
nadie se le escapa, como consumidores podemos contraatacar de diversas formas.
La presión que el consumidor puede ejercer sobre las empresas y los gobiernos a
través de pequeñas decisiones responsables desarticula políticas incorrectas y
acaba poniendo a cada uno en su sitio. La campaña contra Nike y la explotación
infantil de los años 80 y 90 nos demuestra que la presión del consumidor conlleva
resultados.
Deberíamos tener el derecho inalienable a conocer por lo que pagamos y el nivel de servicio que se nos ofrece. La transparencia sobre la cadena de producción y subcontratación y la seguridad que nos brinda aquello que compramos nos permite decidir si un producto o servicio se acomoda a nuestras expectativas y al precio pagado. De no ser así habremos de exigir transparencia y obrar en consecuencia. El boicot a aquellos que explotan al trabajador o que nos engañan con lo que prometen es necesario y el boca a boca resulta ser muy eficaz.
No obstante este contraataque de los consumidores no ha pasado desapercibido en la aldea global orwelliana. La instrumentalización de las asociaciones de consumidores a través de las subvenciones públicas y de la presión a través de lobbies pueden pervertir un elemento de control fundamental.
Deberíamos tener el derecho inalienable a conocer por lo que pagamos y el nivel de servicio que se nos ofrece. La transparencia sobre la cadena de producción y subcontratación y la seguridad que nos brinda aquello que compramos nos permite decidir si un producto o servicio se acomoda a nuestras expectativas y al precio pagado. De no ser así habremos de exigir transparencia y obrar en consecuencia. El boicot a aquellos que explotan al trabajador o que nos engañan con lo que prometen es necesario y el boca a boca resulta ser muy eficaz.
No obstante este contraataque de los consumidores no ha pasado desapercibido en la aldea global orwelliana. La instrumentalización de las asociaciones de consumidores a través de las subvenciones públicas y de la presión a través de lobbies pueden pervertir un elemento de control fundamental.
Ante este escenario de
cibervigilancia podemos hacer dos cosas. O conocerlo y saber en que terreno nos
movemos – tomar la pastilla roja – o hacer como el avestruz – tomar la pastilla
azul -. Estamos avisados. Que nadie venga luego con que le engañaron y se caiga
del guindo.
La sociedad la conformamos todos. Las mal llamadas “nuevas tecnologías” por los medios de comunicación son una herramienta poderosa que brinda al poder el acceso a tu sala de estar, pero que usada sabiamente por nosotros nos hace más libres y permite que se escuche nuestra voz. Como en la campaña de la DGT, se aconseja el consumo responsable.
La sociedad la conformamos todos. Las mal llamadas “nuevas tecnologías” por los medios de comunicación son una herramienta poderosa que brinda al poder el acceso a tu sala de estar, pero que usada sabiamente por nosotros nos hace más libres y permite que se escuche nuestra voz. Como en la campaña de la DGT, se aconseja el consumo responsable.
Atentamente, J.C.G.
viernes, 6 de abril de 2012
Obama prepara a Estados Unidos para una nueva Guerra
Una muy preocupante noticia
ha recibido escasa, por no decir nula, atención en la prensa mundial.
Según revelara Kenneth Schortgen Jr., del periódico digital Examiner.com
el presidente Barack Obama firmó el 16 de Marzo de 2012 una nueva
Orden Ejecutiva que amplía considerablemente los poderes presidenciales
conferidos por la Orden Ejecutiva para la Preparación ante Desastres
emitida por Harry Truman en 1950.
Gracias a este nuevo instrumento legal el presidente Obama está
facultado para asumir el control absoluto de todos los recursos de
Estados Unidos en tiempos de guerra o emergencia nacional. Dependerá de
él elegir el momento en que decida hacer uso de tan enormes
prerrogativas y los alcances específicos de la misma.
Según consta en la documentación oficial la nueva orden para la
“Preparación de Recursos para la Defensa Nacional” le otorga poderes
inmensos a la Casa Blanca. Mediante ella se le concede la facultad de
controlar y distribuir por decreto la energía, la producción, el
transporte, la alimentación, e incluso el agua en caso que la defensa y
seguridad nacionales estén en peligro.
Cabe notar que esta orden no limita su aplicación a tiempos de
guerra, sino que se extiende también a tiempos de paz. Quedan asimismo
comprendidos bajo la misma el control sobre los contratistas y
proveedores, los materiales, los trabajadores calificados y el personal
profesional y técnico. Cada uno de los secretarios (ministros) del Poder
Ejecutivo (Defensa, Energía, Agricultura, Comercio, Trabajo, etcétera)
se encargaría de la ejecución de la orden.
Órdenes Ejecutivas de este tipo, creadas para preparar al país ante
inminentes catástrofes o para asegurar la defensa nacional, no son
nuevas en la historia de Estados Unidos. Pero en dos casos muy
significativos desencadenaron una crisis constitucional debido a que
mediante esos dispositivos jurídicos el Ejecutivo pasa a disponer de
facultades dictatoriales sobre los ciudadanos, cuya implementación queda
librada a la discrecionalidad del ocupante de la Casa Blanca.
Durante la Guerra Civil el presidente Abraham Lincoln suspendió las
libertades de palabra y de prensa, revocó el Habeas Corpus y el derecho a
un juicio justo bajo la Sexta Enmienda. Con ocasión de la Primera Guerra
Mundial el Congreso rehusó otorgar al presidente Woodrow Wilson nuevos y
más extensos poderes sobre recursos de diverso tipo para colaborar en
el esfuerzo de la guerra.
Wilson, en respuesta, emitió una Orden Ejecutiva que le permitió
acceder a un control completo sobre los negocios, la industria, el
transporte, los alimentos así como facultades discrecionales para
diseñar e implementar políticas económicas. Según Schortgen Jr. fue sólo después de la muerte de estos dos presidentes que los poderes
constitucionales fueron devueltos al pueblo de Estados Unidos.
El cambio operado en el clima ideológico norteamericano, el avance
del belicismo y la sutil y persistente manipulación guerrerista de la
opinión pública descartan, salvo inesperadas eventualidades, la
irrupción de un debate sobre la constitucionalidad, u oportunidad, de la
nueva Orden Ejecutiva.
Con todo, la impresionante decisión del presidente Obama abre muy serios
interrogantes pues confirma el vigor de la escalada belicista instalada
en Washington. Según se informa en el citado artículo del Examiner.com
aquélla habría sido precipitada por la certeza de que los planes
israelíes para atacar a Irán habrían entrado ya en una cuenta regresiva
que Washington demostró ser incapaz de detener.
El killer de Jerusalem ya no obedece a las órdenes de sus patrones y
financiadores, y Washington se prepara, paradógicamente arrastrado por uno
de sus peones, para participar en una guerra que incendiará a Medio
Oriente.
Por eso Obama ha decidido reforzar extraordinariamente los poderes
presidenciales y adoptar los recaudos para que, cuando la coyuntura lo
exija, toda la maquinaria económica de Estados Unidos sea puesta al
servicio de la nueva, y más grave, aventura militar. No es un dato menor
recordar que ni siquiera durante la guerra de Vietnam las sucesivas
administraciones norteamericanas apelaron a tan fenomenal concentración
de poder.
Hace ya bastante tiempo que Fidel viene advirtiendo sobre los
peligros que se ciernen sobre la paz mundial. En una “reflexión” escrita
pocos días después de que Obama emitiera la nueva orden, “Los Caminos
que Conducen al Desastre”, el Comandante concluía su nota diciendo que
“no albergo la menor duda de que Estados Unidos está a punto de cometer y
conducir el mundo al mayor error de su historia.”
Lamentablemente, los hechos parecen darle la razón una vez más.
( La nueva Orden Ejecutiva puede accederse en:
http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2012/03/16/executive-order-national-defense-resources-preparedness
La nota del Examiner se encuentra en:
http://www.examiner.com/finance-examiner-in-national/president-obama-signs-executive-order-allowing-for-control-over-all-us-resources
)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)